Hablar de pymes, start-ups y emprendimiento, es como si fuese hablar de un concepto único. Nuestro país cuenta con un gran número de este colectivo para conseguir estabilidad, generar empleo y dinero. Según datos de Eurostat, el tejido empresarial de España se conforma en un 99,7% por pymes y micropymes que son el 74% del empleo y el 63% del valor añadido bruto. Este sector, según los expertos, es el abono que permite germinar el impulso del ser humano para intentar conseguir un mundo mejor.
Profesores expertos en Sistemas de información, afirman que la transformación digital es la innovación esencial para el entramado empresarial, por lo que es necesario sumarse a ella. Asimismo, confirman que una empresa digitalizada está al alcance de cualquiera y se debe concienciar en ello. Los emprendedores son parte de la nueva revolución industrial como de la historia y actualmente nos encontramos en los años incipientes de una etapa nueva.
Las universidades extranjeras están más avanzadas en la materia
Por otra parte, se afirma que el modelo español no es el mejor de todos. Las universidades españoles no tienen nada que envidiar a las extranjeras, pero es necesario que tanto pequeñas como medianas empresas, que buscan personal con talento, como compañías de renombre, se encuentren en las propias clases para que el talento permanezca. Por ejemplo, en las aulas de Estados Unidos, las multinacionales generan feedback, con fluidez entre las partes.
Emprender en España aún es una asignatura pendiente
Al aterrizar la digitalización, la figura de la start-up es algo normal. Para hacer funcionar las ideas de estas empresas, es necesario tener dinero. Por ello, financiar a pequeñas y medianas empresas, es una de las preocupaciones más destacadas. Expertos en la materia, confirman que España es un lugar difícil para poder emprender y por ello, se necesita mejorar.
La crisis española supuso un duro revés para muchas empresas, pero también fue una razón para que los innovadores se animasen a ello. Lo primero es tener el proyecto en mente, pero hay que materializarlo y conocer cuál será su utilidad. A la hora de crearla es vital ahondar en las posibilidades y limitaciones que tiene crear una empresa. Asimismo, es fundamental tener un plan estratégico óptimo para poder solucionar los problemas que surjan de la manera más eficaz.